jueves, 1 de septiembre de 2011

No voy en tren... voy en combi

Debo reconocer que no he creado un espacio muy original. Tampoco sé si resultará atractivo. Pero lo abro como un juego que se inició en Facebook y que a algunos de mis amigos les resultó divertido.
Nací y crecí en Lomas de Zamora, pero viví en la querida Buenos Aires por más de quince años.
Sin embargo, la vida hizo que luego de casarme volviera a Zona Sur. Pero claro, mi vida laboral sigue desarrollándose en la ciudad porteña de mi único querer. Evidentemente, uno de los temas a resolver era el traslado diario.
Veamos: viajar en tren y colectivo me demandaría, con suerte, tres horas del día entre ida y vuelta. Por otra parte, descubrí que mi imposibilidad de manejar un auto (aunque tengo licencia), ahora tiene nombre: amaxofobia, le dicen, y es la fobia, justamente, a manejar (todo resulta una buena excusa para aumentar las arcas de psicólogos, psiquiatras y demás fauna terapéutica que yira por ahí).
Así, que la opción que me quedó fue utilizar el servicio de “charter” o combi, como ya me acostumbré a llamarla, aunque no estoy segura de que sea el término más actual y/o adecuado.
Los 27 km que me separan del trabajo siguen siendo largos. Más teniendo en cuenta que antes estaba a escasas 30 cuadras. Pero parece que ahora me han dado un tema de escritura.
Claro, los que sufrirán con estas historias serán los lectores. Pero nadie dijo que la vida debe ser fácil.
En todo caso, pueden echarles la culpa a Alejandro, Victoria, Mariana y Laura que pidieron la apertura de este blog.
Aclaro que para evitar inconvenientes, algunos o varios nombres que puedan aparecer en estas historias, podrían ser modificados.
Por último, puntualizo que la lectura de estas líneas queda bajo la absoluta responsabilidad de quien, efectivamente, se atreva a leerlo.

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